jueves, 10 de mayo de 2007

Cuando un Pueblo lleva 32 años esperando pacientemente en el desierto, asfisiados por la falta de alimentos, agua, recursos y el exceso de arena; y al mismo tiempo lleva sufriendo la condena de ser presos en su propio país, bajo la brutalísima represión de la policía marroquí; y al mismo tiempo anda exiliado y desperdigado por casi todos los rincones del mundo; y aún así, continuan esperando confiando en nosotros, occidente, esperando pacientemente el día en que se les vuelva a reconocer como País Libre, se les devuelvan sus tierras, su mar y su Autodeterminación como Pueblo; mucho antes que plantearse volver a caer en la cruentísima tormenta de la guerra.
Ejemplo de lucha noviolenta esta, la del Pueblo abandonado en el 'Infierno'; la del pueblo de los hijos de la arena, y las madres y mujeres saharauis, que hicieron lo imposible, dotar de vida al yermo desierto.

Cada día un granito, a cada minuto más un grito, cada segundo me desvivo, por tí, mi Sahara Libre.

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